Hace muchos años que teníamos pensado sacar un trabajo nuevo, pero por circunstancias de salud de nuestro guitarrista y hermano Juan Carlos Lera lo íbamos dejando. Siempre hemos sido una banda ante todo de amigos y lo que hicimos fue amoldar nuestro trabajo a su salud. Cuando falleció estuvimos una temporada asimilando su pérdida hasta que decidimos terminar un trabajo que empezamos con él, así que se unió a nuestra banda Iñaki Setien (Zer bizio, Extremoduro) y empezamos a dar forma a loque es ahora El Grito del Hambre. Lo grabamos en el estudio de nuestro amigo Iñaki
Uoho (Platero y tú, Extremoduro). Trabajar con Uoho es una experiencia total, fue como grabar en nuestra casa. En este disco, tal y como dice el título, queríamos tratar cada canción como si de un grito se tratara. La mayoría de las veces, cuando quieren silenciar tu voz, no queda otro remedio que gritar para que te hagan caso y en este álbum hay gritos de ausencia, de locura, de hambre y de amor. En realidad, este disco es un grito dividido en canciones, menciona Parabellum.
En cuanto al sonido no nos importó sacrificar la potencia sonora por los matices, un sonido más aéreo, más real, sin tener que comprimir nada para que suene tan bestial.
Quisimos dejar que los instrumentos se expresaran por ellos mismos, que gritaran de forma natural. Por eso, cuando lo escuchas con auriculares te das cuenta de todos esos matices que, aunque escondidos, hacen que cada canción la visualices como si de una película se tratara y para ello las letras ayudan muchísimo ya que son letras reales, sinceras y muy duras, aunque estén envueltas en un concepto poético agrega la banda.
Comentarios
Publicar un comentario